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¿ERA EL ANTISEMITISMO UN FUNDAMENTO DEL NACIONAL SOCIALISMO ALEMÁN? ¿DEBE SERLO AHORA?


Dice el sabio proverbio que normalmente vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga del propio. En todo caso tratándose del sistema capitalista que nos desgobierna, el proverbio que deberíamos aplicarnos es que vemos la viga en el ojo ajeno pero no vemos la paja en nuestro ojo. Si, quizás solo sean manías y errores menores en comparación con la usura, estafa, degradación, genocidio y brutalidad de la democracia progresista, pero aun así, solo servimos a la Verdad, y ésta exige que nos limpiemos también de nuestros errores. 

Pero es que además estos errores se han convertido en ‘vigas’ por la propaganda enemigo, que ha transformado estas manías y mitos que hemos a veces cometido en causa de ilegalización y opinión generalizada sobre el NS, de forma que la estupidez de algunos ‘nacis’ han fomentado y hecho creíbles las acusaciones de los enemigos. 


Es por esto necesario que analicemos detenidamente el tema del antisemitismo.

El enemigo acusa muchas veces a los ‘nacis’ de un odio irracional, una xenofobia incurable, contra el judío, y en verdad eso existe, desgraciadamente hay una parte de razón en esa acusación. Y hablamos de un sentimiento ‘irracional’, o sea, no de una posición política o razonada contra la repugnante actividad del sionismo o de lobbys de poder para-sionistas, o de prevención ante Israel o el apoyo que el sionismo e Israel reciben de comunidades judías o grupos económicos controlados por judíos, no, eso es la parte lógica y racional, una defensa contra el ataque sionista a nuestros valores. 

Pero no es eso ni lo ilegal, ni la base maniática y neurótica que tienen muchos ‘nacis’. 

Hay una especie de creencia de que por el mero hecho de ser ‘judío’ ya se es irremediablemente, matemáticamente, sin más necesidad de análisis, un enemigo o un ser depravado, sionista... esa manía está basada en tres grandes errores: 

a. El uso de la palabra ‘judío’ en vez de sionista en la literatura NS clásica. La palabra sionista no existía como de uso normal hasta la postguerra. Antes se hablaba de ‘judíos’ para referirse tanto a su globalidad como a los que eran enemigos o combatían nuestros valores. Cientos de textos de grandes genios han denunciado ‘al judío’, pero la mayoría de ellos no querían denunciar al pobre judío inocente, de una vida honorable y sin agresividad alguna a los demás pueblos, que lo hay, al judío honrado que ayuda al prójimo goim o no. 

La extensión de la palabra y la falta de concreción ha llevado a una generalización absurda completamente, e injusta. Y para colmo ilegal. 

b. La creencia de que la raza implica una forma de ser de manera irremediable y unidireccional. Barbaridad que es evidente en su falsedad, y para ello basta aplicarla a nuestras razas. Los blancos por ejemplo, tan magníficos, han dado personajes repugnantes y de la peor calaña. De la misma forma el pueblo judío ha dado junto a una gran cantidad de usureros y miserables, también mucha gente honorable y decente. La base es que la raza no determina más que una ‘tendencia’, una ‘facilidad’ en las características, no una forma de vida concreta. Han sido muchos los que han aclarado en el caso judío que su peor condición es la educación en el medio talmudista, la sinagoga, la influencia cultural que reciben de unos mandos político-religiosos que llamamos ahora sionistas, pero no en todos los casos ni siempre esa influencia triunfa o existe. 

c. La falta de trato y convivencia de los camaradas con judíos correctos y decentes... en realidad de su falta de contacto total con judíos de ningún tipo. Solo leemos normalmente las noticias que en nuestros ambientes corren sobre tal judío que ha hecho... ha dicho, ha..., pero no tenemos la visión de los judíos normales que no han hecho ni dicho, sino que viven muchas veces sin más deseo que una vida normal y correcta. 


En conclusión, sin despreciar ni minimizar el terrible enemigo sionista, hay que sacarse de encima las manías xenofóbicas y el odio generalizado, entendiendo lo que combatimos, que no es en absoluto una raza sino aquellos que combaten nuestros valores, solo a ellos, y nunca se puede generalizar una actitud a un colectivo racial, donde siempre hay de todo... con más o menos proporción, pero de todo (1). 

Adicionalmente, queremos analizar con un corto texto histórico la posición real del NS fundacional sobre este polémico tema para dejar abiertos dos interrogantes. ¿Era el antisemitismo un fundamento del nacional socialismo alemán? ¿Debe serlo ahora?

Durante la posguerra se ha repetido que el fundamento del nazismo fue el antisemitismo. La esencia del nazismo habría sido odiar judíos y su único objetivo político habría sido su destrucción. Una ideología concebida para odiar y destruir. Pero al analizar históricamente esta tesis resulta problemática. El coronel en retiro del ejército estadounidense R. H. S. Stolfi, en su biografía sobre Hitler, matiza mucho el peso real del antisemitismo como el más importante eje ideológico del nazismo. Stolfi establece que si bien nadie puede negar que el nacionalsocialismo señalara a los judíos como enemigos y responsables de muchos de los males que aquejaban a la sociedad alemana, la intangibilidad de estos para el pueblo prácticamente los sacó del discurso nazi desde el año 23 en adelante. 

Hitler mantenía un desapego personal con los judíos alemanes y no se puede apreciar un odio visceral o un antisemitismo religioso. Después de un bullado antisemitismo inicial, durante los años veinte se involucró poco en el tema. En 1923, año de la casi desaparición de Alemania, Hitler vio a sus enemigos en los marxistas, los traidores de noviembre, los separatistas regionales y los franceses, pero escasamente se refería a los judíos alemanes. En los años 20 se focalizó especialmente en los burgueses traidores de noviembre. Desde el año 1925 al 28 le dio relativamente poca importancia al antisemitismo y en 1929 se concentró en el Plan Young. En el año 1930 verá la misma poca importancia por el antisemitismo comparado con la concentración en otros temas. Durante el 31 y 32 las enormes tasas de desempleo y cinco grandes elecciones dificultaban levantar el antisemitismo como medio de lograr el poder. El antisemitismo simplemente no pudo servir de propaganda o tema prioritario para Hitler desde el año 30 al 35, año en que recién se alivia la situación económica. Norman H. Baynes en sus 3.000 páginas con discursos de Hitler acota: “es sorprendente lo poco que el Führer dice de los judíos”. Speer en tanto comenta que escasamente recuerda algún comentario antisemita de Hitler. En los documentos que recogen sus comentarios de sobremesa durante la guerra, Hitler discute sobre los judíos pero de igual forma en cantidades minúsculas [R. H. S. Stolfi. Hitler, más allá del mal y la tiranía]. 

Lothrop Stoddart, un reconocido intelectual norteamericano contemporáneo al nacionalsocialismo, relata algo parecido en sus crónicas de viajes por el Reich. Stoddart da cuenta de la falta de interés respecto del tema judío por parte de políticos nazis y civiles. Y sorprendentemente este desinterés nuevamente es confirmado en los cientos de discursos del Führer publicados en la posguerra por Max Domarus, en donde los judíos son mencionados centenares de veces en los comentarios del editor, pero en muy pocos lugares por Hitler. La falta del antisemitismo en discursos y publicaciones oficiales desconcierta y al menos presenta una gran interrogante sobre su verdadero peso como fundamento ideológico.

Con todo, es imposible desconocer qué el llamado “problema judío” fue un tema importante para el nacionalsocialismo en ciertos períodos, en especial durante la guerra. En ese momento se avivó la latente retórica antisemita debido a la acusación de la responsabilidad que le cabía a prominentes miembros de la comunidad judía internacional en el estallido de la conflagración mundial. Con esta ambivalencia entre interés y desinterés por el judaísmo surge la primera pregunta relacionada al fundamento del nazismo. ¿Cómo una ideología, que se nos ha dicho que se sustentaba en el odio a los judíos, se mantuvo largos períodos sin mencionar la razón de su existencia?(2)


Notas:

1. Para un nacionalsocialismo legal, ético y serio. Mitos y manías que debemos controlar. Ramón Bau

2.Fragmento tomado del libro "Leyes de la Cosmovisión Nacional Socialista", Carlos Videla.

1 comentario:

  1. Me gustó el aporte, está claro que el nacional socialismo lo que detestaba era el poderío judío en esa época (hoy sionismo) deplorando al pueblo Alemán con pornografía, homosexualidad y comunismo.
    Los supuestos 'nazis' que los medios señalan no representan el verdadero NS de la primera mitad del siglo XX.

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